lunes, 29 de enero de 2018

"PERTSONA NAGUSIEN MENDEKOTASUNA ETA ZAINTZA, ETORKIZUNARI BEGIRA"
"DEPENDENCIA Y CUIDADO DE PERSONAS MAYORES, MIRANDO AL FUTURO"

Después de las jornadas que Babestu junto con Pertsonistak Martxan ha realizado durante del 17 al 25 de enero, la valoración no puede ser más positiva. Quisiéramos agradecer a los ponentes por habernos aportado una visión alternativa al actual modelo asistencial de nuestros mayores. Asimismo, la satisfacción de haber comprobado cómo cientos de personas se han acercado a las distintas charlas y de los debates enriquecedores que han surgido de las mismas. De todas las charlas Babestu publicará una memoria para todas aquellas personas que no se han podido acercar a las distintas ponencias.


Babestu Pentsionistak Martxan-ekin batera egindako jardunaldiak pasatuz gero balorazioa izan da hobeagoa izan. Hizlarieri eskertuko nahi genieke gaur egun gure nagusien ereduari ekarritako ikuspegi alternatiboa. Horrez gain, bete gaitu ikusteak nola hainbat lagun izan diren hitzaldi desberdinetara hurbildu direnak, eta aberasgarriak izan ziren gero sortu ziren eztabaidak. Hitzaldi guztietatik Babestuk memoria bat argitaratuko du, norbaitek ezin izan badu txosten desberdinetara gerturatu. 

 Pertsona Nagusien arreta eskubidea. Hikateneo, Bilbo (2018-01-17). 
Kamele Guinea, Arantza Urkaregi eta Maria del Rio. 
Salud, sanidad y final de vida. Hikateneo, Bilbao (18-1-2018). 
Dr. Enrique de la Peña y Dr. Luis Montes.

Experiencias y modelos alternativos en los Servicios Sociales. 
Enrique de la Peña e Iñaki Gallo. La Bolsa (25-1-2018)

DISCURSO DE JUANI CESPEDES (BABESTU) 
EN EL CIERRE DE LAS JORNADAS 

Hoy, aquí,  cerramos el ciclo de Jornadas, que durante estas cuatro sesiones hemos desarrollado conjuntamente Babestu y  Pentsionistak Martxan. Unas jornadas que hemos denominado “Dependencia y cuidado de personas mayores. Mirando al futuro”. En ellas  hemos ido analizando nuestras preocupaciones por un modelo asistencial plagado de deficiencias, caduco, que parte de un decreto del siglo pasado  41/1998, de 10 de marzo. Un modelo que regula los servicios sociales residenciales para la tercera edad que las instituciones han ido progresivamente dejando en manos privadas, desentendiéndose de su responsabilidad última de salvaguardar el bienestar de los mayores.
Hoy, el sector de las residencias de la tercera edad se ha convertido en un gran nicho de negocio donde fondos de inversión y grandes compañías han irrumpido con fuerza para hacerse con importantes cuotas de mercado, realizando inversiones que consideran un valor seguro y al alza. Los inversores ven en los centros para la tercera edad una oportunidad de oro porque se trata de «negocios recurrentes» por la existencia de una demanda que crece teniendo en cuenta la estimación de la curva vegetativa negativa que indica el crecimiento y la mayor proporción de ancianos entre la población.
Esta situación nos preocupa enormemente. En la movilización del pasado febrero que organizamos conjuntamente Babestu y Pentsionistak Martxan, llamábamos la atención sobre el riesgo que suponía dejar en manos de la iniciativa privada si no se establece un control sobre su funcionamiento. Es por ello que advertíamos a nuestras instituciones públicas que la responsabilidad última es suya, que es intransferible, que no se puede delegar en nadie. Si en cualquier cesión de servicio público a  la iniciativa privada hay que  ser muy cautos, ¿qué podemos decir cuando por medio están  personas mayores

La ley de Servicios Sociales 12/2008, de 5 de diciembre, y su posterior desarrollo  supuso un nuevo impulso legal en la construcción del sistema, que vuelve a exigir la articulación de consensos institucionales, políticos y sociales amplios y duraderos que permitan consolidar cada avance en el desarrollo de la ley. Esta ley, en su desarrollo, determina que el acceso a las prestaciones y servicios que en ella se definen es “universal y subjetiva” desde el 25 de diciembre de 2016.

En los artículos 6,7 y 9 de dicha ley, entre otras consideraciones, se insta a promover la participación de la comunidad en la resolución de las necesidades sociales, a promover la colaboración solidaria de las personas y de los grupos y resalta el derecho a participar individual y colectivamente en las decisiones que les afecta y en el funcionamiento de los servicios. Es por ello que tanto desde la Asociación de familiares Babestu, como desde Pensionistak Martxan, exigimos el cumplimiento de las obligaciones que se derivan de la Ley de Servicios Sociales y del Decreto de Cartera.

Para nosotras y nosotros es importante llamar la atención y destacar cómo la declaración universal para los derechos de los mayores habla del derecho a una vejez digna y tranquila, pero también habla del derecho a la participación y al reconocimiento social al que tenemos derecho y al que tienen derecho nuestros mayores, por ello  incidimos en la importancia de señalar el enfoque de “derecho” que lleva a considerar  las medidas en pro del bienestar, del respeto, del goce de la salud, de la seguridad, de la libertad.
A lo largo de estas jornadas hemos ido viendo, claramente, cómo las políticas sociales están condicionadas por los posicionamientos políticos e ideológicos,  que se expresan  a través de los marcos normativos, que en demasiadas ocasiones dejan en la marginalidad los objetivos sociales. Así lo hemos ido viendo durante este largo periodo de huelga que han llevado a cabo las trabajadoras de las residencias, donde ha quedado al descubierto, como factor clave,  la infradotación de las plantillas en las residencias, en los centros de día y centros de noche, en la ayuda a domicilio, y en atención a la dependencia en general, y en las que las trabajadoras tienen una presión asistencial muy alta debido a las ratios de personal, del todo insuficientes para una atención mínima de calidad.
Hoy vivimos un proceso progresivo de desintegración social. Jamás ha existido una sociedad humana en la que haya tantas personas solas y sufriendo soledad como está ocurriendo en la sociedad  actual. El capitalismo quiere individuos compitiendo salvajemente entre sí y con vínculos sociales débiles o incluso inexistentes.
Para el sistema, ser viejo es una carga. Una vez que ya no eres productivo, te conviertes en un estorbo, en un problema para el sistema porque cuestas dinero. Para el sistema, las ancianas y los ancianos apenas son números y una mercancía, son «cosas». 
Estas jornadas, además  de ayudarnos a reflexionar, nos tienen que proyectar al futuro. Un futuro incierto si no somos capaces de revertir una tendencia que nos muestra las graves consecuencias de una sociedad totalmente mercantilizada, con unas instituciones que en algunas ocasiones actúan como mamporreras de la sinrazón mercantil, atrapadas en una lógica, que está condicionada por la economía de mercado que arrastra consigo demasiadas servidumbres. Así, privatizaciones y recortes son el pretexto perfecto para implementar esa tiranía económica y social que viene de la mano de eso que eufemísticamente se denomina «libre mercado».

El trabajo conjunto que hemos desarrollado ambas organizaciones (Pentsionistak Martxan y Babestu) también mira al futuro. A partir de ahora, nuestra relación será más estrecha y fluida y juntos nos iremos enriqueciendo del entusiasmo y la experiencia de unos y el compromiso de ambos, colaborando en lo posible de cuantas iniciativas vayan surgiendo, orientando nuestro trabajo a frenar en el posible el  proceso progresivo de desintegración social, aportando iniciativas desde la sociedad civil, para que desde la calle y desde las instituciones podamos, con otros agentes sociales y políticos, impulsar políticas sociales en la defensa de una causa tan noble, como es la lucha por los derechos de los mayores, causa con la que estamos profundamente comprometidas y comprometidos.
Decía Michael J. Sandel en La justicia y la vida buena  que «una política basada en el compromiso moral no solo es un ideal que entusiasma más que una política de la elusión. Es también un fundamento más prometedor de una sociedad justa.»

Eskerrik asko


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